Cuándo se oye hablar de que el Cusco es una de las 7 nuevas maravillas del mundo, muchos se alegran, mas para muchos cusqueños esto es símbolo de más explotación, como nos cuenta José Francisco Giraldo quien tiene dos cadenas de restaurantes en varios locales a la fecha, pero que tuvo que pasar por muchos problemas, de tipo social principalmente.
Si bien es cierto que en el Cusco hay mucho para hacer, también es cierto que hay muchos riesgos al invertir en la región. Así pues a pesar de que el Cusco tiene grandes ingreso a través de la minería, los hidrocarburos y en especial el turismo, y que es una de las tres regiones junto con Lima y Apurímac con mayor cantidad de inversiones, las desfavorables condiciones sociales de la región pueden afectar el clima de negocios. Efectivamente, una manera de medir cómo se afecta el clima de negocios son los conflictos sociales (en Cusco se presenta el 10% del nivel nacional), lo que afecta más que nada al turismo, y a las inversiones en general. Un ejemplo de esto es el caso de un empresario dueño de una cadena de restaurantes en Cusco que al comenzar su negocio fue objeto de todo tipo de discriminación y ofensas por parte de los pobladores y empresarios de la región. También se ven daños en el sector minero por escases de materia prima.
Hay una sensibilidad bastante generalizada en todos los sectores económicos, pero se cree que el problema radica en cómo las compañías que llegan al Cusco manejan su comunicación con las comunidades, cómo se relacionan con ellas. Pero todas las personas entrevistadas concuerdan en que la mejor forma para evitar estos problemas es cultivar la tolerancia a la inversión y convencerlos de los beneficios de atraer inversión, además de que el gobierno evite conflictos.
En general, yo estoy de acuerdo con la última conclusión, hay que fomentar la tolerancia a las inversiones y evitar conflictos ya que sólo traen problemas tanto para el poblador como para el inversionista.
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